Øostil vino a romper las reglas. Este argentino no está acá para seguir el guion, sino para reescribirlo. Desde Buenos Aires hasta Barcelona, está llevando el melodic techno a un nivel más profundo, donde cada beat es una emoción. Hipnótico, cinematográfico y completamente envolvente. Una vez que entras en su universo, no hay salida.
Su misión es clara: conectar, crear desde la innovación y llevar a los oyentes por un viaje imposible de olvidar. Prepárate para experimentar el techno como nunca antes.
La obsesión de Øostil con la electrónica arrancó en Punta del Este, Uruguay, donde la escena underground tenía otra vibra. Noches eternas, beats hipnóticos y la energía cruda de la gente lo atraparon al instante. Lo que empezó como una forma de pasar el rato mezclando, se transformó en una necesidad: crear algo más profundo, algo real.
Un nombre que le cambió la cabeza fue Hernán Cattáneo. Su fusión perfecta entre el progressive y el melodic techno no solo fue una inspiración, sino una guía. Øostil lo estudió, entendiendo cada detalle de cómo construir los mejores sets para su gente.
De las sesiones en sótanos a un enfoque completamente artístico, su evolución fue todo menos casual. Øostil no vino a poner algunos tracks e irse. Él vino a armar un movimiento y a redefinir el género desde adentro.
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Lo que hace Øostil no es solo techno melódico, es algo que se siente en el cuerpo. Su estilo es crudo, hipnótico y te atrapa al toque. Combina grooves del deep house, subidas progresivas y algunos toques de trance, pero todo con una estética minimalista que va directo al hueso. Los bajos marcan el ritmo, los sintes aparecen como si flotaran, y cada track tiene esa tensión que no te deja escapar.
Su música vive del contraste. Por momentos es cálida y emocional, y al segundo siguiente te tira sonidos futuristas que te sacan de eje. Todo está puesto ahí por una razón. Cada sonido evoluciona, cambia, y te lleva con él.
Nada en lo que hace se queda quieto. Øostil está siempre afinando, explorando, y yendo más a fondo. Su música no se escucha, se absorbe.
Øostil ya dejó su huella en algunos de los sellos más pesados del circuito. Sacó The Dreamers por Afterlife, Rust (remix) en Bedrock Records, The Great Spiral en Atlant, y su versión de Renaissance Diner en Renaissance Records. Con estos lanzamientos, se ganó un lugar entre los nombres más reconocidos del melodic techno.
Y su música lo llevó lejos. Pasó por festivales gigantes como Creamfields 2024 y también por templos del under como el Palais de Tokyo en París, Crobar en Buenos Aires o Warung Beach Club en Brasil. En cada set, logra meter al público en un estado casi hipnótico, jugando con la tensión y esa energía cruda que lo define.
Ya sea en el mainstage de un festival o en un boliche oscuro a las cuatro de la mañana, Øostil siempre la rompe.
¿Todavía tienes dudas? Dale play y deja que la música hable sola.
Lo que arrancó como un podcast tranqui en plena pandemia hoy es mucho más que eso. EPIPHANY no es solo una serie de mixes, es una plataforma que busca romper esquemas y darle espacio a talentos emergentes. Un lugar donde el sonido, lo visual y la narrativa se cruzan para empujar a los artistas a ir más allá.
Desde el principio, la idea fue salir del molde. Øostil creó este espacio como un laboratorio sonoro para todo lo nuevo y futurista, sin seguir modas ni fórmulas. Es un trampolín para la próxima generación de artistas que no están dispuestos a seguir las reglas del juego.
Hoy EPIPHANY es sello discográfico, serie de eventos globales y, sobre todo, un movimiento. Ya se está tomando algunos de los escenarios más intensos del mundo, con fechas confirmadas en Dubái, Nueva York, Ibiza y Buenos Aires.
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Øostil no hace música porque sí. Cambia la energía del lugar cada vez que suena. Su estilo es crudo, hipnótico y adictivo. Nada de trucos ni relleno. Solo esa energía profunda que te agarra y te lleva a otro lado.
En 2020 sacó Singularity, un álbum que definió su sonido y marcó el camino para lo que vino después. Ese mismo año lanzó dos EPs clave: The Spiral y When I Fall, que mostraron hasta dónde podía llevar su estilo. En 2022, In My System fue un golpe directo, que lo terminó de consolidar en la escena. También metió remixes y collabs que pegaron fuerte, como su versión de In Your Eyes, y tracks originales como The Dreamers, My World y The Sky Above.
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Y en vivo está igual de afilado. En noviembre de 2024 debutó en Creamfields Argentina, en Buenos Aires, el mismo festival que años atrás lo había marcado como público. En febrero de 2025 se mandó su primer Open to Close en Circus (La Plata), una noche maratónica donde mostró toda la potencia de su sonido.
Desde entonces, su agenda se volvió internacional. En mayo tocó en Soho Garden Meydan, en Dubái, y a principios de junio llegó a Ko Samui, Tailandia. Para agosto ya tiene fecha como headliner en el Zamna Festival French Riviera, con un line-up de lujo y esa energía hipnótica que lo sigue llevando cada vez más lejos.
Nada es al azar. Øostil tiene claro lo que quiere lograr.
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